El teatro surge hasta de los rincones
La librería Un gato en bicicleta y el bar La Traviesa, se han asociado para organizar durante el próximo mes esto del Teatro Mínimo. Pequeñas porciones de teatro que se alojan en insospechados y reducidos espacios: la planta alta de la librería, a la que se llega tras atravesar una estrecha escalera flanqueada de cuadros, o el local abandonado de una antigua tienda de muebles, lleno de ladrilos y con intenso olor a pintura. No surgen espontáneamente, está todo concienzudamente preparado, pero la frescura de la propuesta es tal que incluso se impone en una cálida tarde del eterno final del verano sevillano.
Habíamos oído hablar de esta nueva forma de hacer teatro, pero esta vez hemos querido vivirlo nosotros mismos. Y, desde luego, vale la pena. La idea es la siguiente: representar cuatro obras de teatro de unos quince minutos cada una en cuatro espacios contiguo y hacerlo simultáneamente, hasta un total de cuatro veces cada una. El público, que como mucho serán 20 personas por cada pequeña sala, va recorriendo las diferentes estancias y encontrándose con cada representación, pudiendo elegir y pagar sólo por una, por dos, por tres o por las cuatro. Bueno, aproximadamente es así, hay algún matiz que no añado por no complicarlo, porque en realidad es bien sencillo.
Sencillo y eficaz, ¿quién habló de cuarta pared? Este grupo de actores y directores la han volado por los aires. El público no se sienta en cómodas butacas en la seguridad de una platea, sino que invade el espacio, utiliza incómodas sillas y taburetes que, de alguna forma, sabemos que los propios personajes nos han colocado para que nos sentemos a contemplarlos, a participar de su fugaz existencia de 15 minutos.
¿Y qué hay de las obras en sí? Pues son cuatro piezas sin relación argumental entre ellas, escritas y dirigidas por cuatro dramaturgos diferentes, pero que en este caso han querido tener un tema común. Y ya casi no haría falta que dijera de qué se trata, pues no es ni más ni menos que el tema común por excelencia en nuestras vidas y en este Apocalipsis económico que nos ha tocado vivir: la crisis y los recortes.
El lenguaje elegido por tres de estas obras es el de la comedia, tan sólo Jorge Dubarry se atreve con un monólogo dramático con tintes existencialistas, Toda la verdad y nada más que la verdad, interpretado por Joserra Leza, osado y rocoso planteamiento para un tema como el de la corrupción, que nos lo sirve en una oscura escenografía minimalista y con un sencillo pero eficaz juego de luces.
Lo demás es un paseo con divertidos encuentros de no tan divertidos trasfondos. Por ejemplo, Políticamente incorrecto, de Javier Berger y Tomás Afán, nos introduce en el salón de un piso compartido por un abertzale, Paco Luna, y un mimo callejero filonazi, Javier Berger, que siguiendo un tanto la estela de una famosa pareja de pijos sevillanos, nos dejan entre risas una reflexión sobre la decadencia moral y social con la que es tan fácil tropezarse. Por su parte, en España S’Ajorca, de Paco Gámez, Pepa Solís y Carmen Corchs construyen una sátira con tintes castizo-surrealistas y con apariciones estelares, en la que explican para lo que ha quedado esta nuestra España y en la que se dejan traslucir alguna que otra sugerencia de posibles soluciones. Por último, Delirio, de Sergio Rodríguez, en la que Paqui Montoya, Estrella Corrientes y Eva Gallego encarnan, respectivamente, a una política de éxito, su mano derecha y una mujer de la limpieza, cóctel menos inocuo de lo que pudiera parecer y cuyo resultado final te deja entre la inquietud y la utopía.
Pues nada, esto acaba de empezar, y tendréis todos los viernes, sábados y domingos, a partir de las 20:00, y hasta el 14 de octubre, para descubrir esta modalidad de teatro por goteo, en el que cada uno elige el tamaño de la dosis, 4 € por obra, con copa de vino blanco incluida. Como para decir que no. Más detalles en esta web.
Texto: José María Maesa
